23 Mar 2018, 11:29
Catalina bajó de la fragata escoltada por el almirante, el puerto de Pekín aún ardía, el olor a quemado y el humo se metían en las fosas nasales, la devastación de la ciudad y la guerra en su máxima expresión.
-"Reconstruiré Pekin, la modernizaré, será la ciudad más importante de éste continente"
-"Si señora, su grandeza no tiene parangón, los incivilizados chinos prosperarán a su sombra"
Catalina sonrió al almirante, -"madre mia que tio más pelota"-pensó para sus adentros, -"como hecho de menos a Spadón y sus quejas y bramidos..."
El almirante prosiguió orgulloso -"la conquista de pekín ha sido algo complicada en un inicio, pero he sabido llevar la batalla a mi terreno y conseguir ventajas decisivas, no como Spadón que lleva tiempo intentando ganar posiciones a las afueras de Hamburgo"- Aquello ya fue suficiente, catalina no quiso escuchar más y le espetó:
-"Callate bocachancla, de que batalla estás hablando, recuerda que he estado presente, Pekín no tenía tropas, todas estaban en Hamburgo porque Spadón las dejó maniatadas rodeando la ciudad", -El almirante hizo ademán de querer intervenir, pero Catalina no le dió pie y por supuesto él se mantuvo callado. -"Eres un inutil pretencioso, ni tan siquiera tienes nombre, nadie te recordará porque sólo has sido un funcionario de estado, Spadón es un héroe, no vuelvas a compararte a él.
El almirante avergonzado miró a su alrededor aliviado, había sido una conversación privada, o eso creyó porque entre el humo tampoco podría asegurarlo. Con cierto temor, alzó la voz, aunque ésta sonara muy débil -"si señora, tiene razón..."
-Envíale una paloma mensajera a Spadón"- Catalina ni se molestaba en fingir escucharle, y prosiguió -"ponle que su plan a funcionado, ha conquistado Pekin y que ahora que conocemos los secretos y pasos escondidos de la Gran Muralla puede iniciar el asalto terrestre a Hamburgo"
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